EL CUENTO
Pinocho
El viejo carpintero Gepetto fabricó un
muñeco de madera, y le quedó tan
bien que le puso un nombre: Pinocho.
Pero de pronto el muñeco empezó a
hablar y a saltar ante el asombro de Gepetto.
Gepetto le compró una cartera y libros, y lo mandó al colegio, acompañado de grillo, que le iba dando buenos consejos.
Pero pinocho prefería divertirse en el teatro de títeres, sin escuchar a grillo.
El dueño del teatro quiso quedarse con pinocho, pero tanto lloró el pobre muñeco que le dio unas monedas y lo dejó
marchar. De vuelta a casa, se fue con el zorro y el gato, dos astutos ladrones, sin atender a grillo. Le llevaron al campo de
los milagros y le dijeron que si enterraba allí sus monedas se haría muy rico. Pinocho les creyó y se quedó sin monedas.
Cuando se dio cuenta del engaño, decidió volver a casa, pero una
paloma le dijo que Gepetto había ido a buscarle al
mar.
En el camino se encontró con muchos niños que se dirigían al país de los juguetes. Al instante olvidó sus promesas y se
fue con ellos. Allí jugó y brincó todo lo que quiso... pero acabó convertido en burro.
Lloró arrepentido hasta que
un hada buena se compadeció de él. El hada le devolvió su aspecto, pero le
advirtió:
- Cada vez que mientas te crecerá la nariz.
Pinocho y grillo salieron hacia el mar en busca de Gepetto. Allí se toparon con un tiburón gigante,
que se los tragó.
¡Qué sorpresa encontrar a Gepetto en el estómago del animal! Gracias a que el tiburón bostezó, pudieron escapar.
Cuando llegaron a la playa, sanos y salvos, el hada transformó a Pinocho en un niño de carne y hueso. Y desde aquel día,
siempre se portó bien.
FIN
Apuntes Actividades Main Page |