(Presentation of authentic text)
Esta historia la cuentan los
ancianos
como si fuera la purita verdad.
Pero ¿quién
sabe? Con los años no hay manera de saber.
Era sábado por la noche. Manuel en la "pickup" de su papá iba a un baile a Benavides. Corría bastante recio en la carretera cuando en una curva, vio una muchacha al lado del camino. Manuel no la conocía pero se paró comoquiera y preguntó si la podía servir en algo. Ella contestó que tenía ganas de ir a un baile pero que no tenía en que ir. "Bueno," contestó el muchacho, "voy a una fiesta en Benavides; va a haber baile. ¿Quieres venir conmigo?" "¡Con mucho gusto!" contestó ella, subiéndose en la camioneta.
Manuel la miraba discretamente. Era muy guapa aunque vestida de moda un poco pasada. Se llamaba María Lozano y dijo ella que la razón por la cual no la conocían por allá es que tenía diez años de haber salido.
Llegaron al salón de baile y pasaron una noche muy agradable. La chica bailaba como un ángel. Cuando tocaban polkitas parecían remolinas los dos en la pista. A María se le pintaba una alegría intensa en la cara, con cada vuelta, con cada taconazo.
Después de medianoche, se pararon los músicos y hubo que pensar en regresar a casa. María suspiró como si hubiera querido que los músicos tocaran para siempre. Ya la noche estaba muy fresca y Manuel se quitó el saco para ponérselo a María.
María pidió que la dejara al mismo lugar donde Manuel la había levantado. Como no se veían ni luces, él ofreció acompañarla hasta la casa. Ella no quiso que se molestara, diciendo que era muy cerca y que no tenía miedo. Manuel insistió en que se quedara con el saco, prometiendo volver el día siguiente para levantarlo.
Manuel tenía ganas de volver a ver a su nueva amiga. Con la luz del día vio una casita blanca como a cuarto milla del camino real. Siguió el caminito de tierra y se paró en frente del portal. Una señora salió y Manuel le preguntó si podía hablar con María. La señora se puso pálida y empezó a llorar...
Preguntas de la lectura:
(1) - next
La tarea (2) - last
Era sábado por la noche. Manuel en la "pickup" de su papá iba a un baile a Benavides. Corría bastante recio en la carretera cuando en una curva, vio una muchacha al lado del camino. Manuel no la conocía pero se paró comoquiera y preguntó si la podía servir en algo. Ella contestó que tenía ganas de ir a un baile pero que no tenía en que ir. "Bueno," contestó el muchacho, "voy a una fiesta en Benavides; va a haber baile. ¿Quieres venir conmigo?" "¡Con mucho gusto!" contestó ella, subiéndose en la camioneta.
Manuel la miraba discretamente. Era muy guapa aunque vestida de moda un poco pasada. Se llamaba María Lozano y dijo ella que la razón por la cual no la conocían por allá es que tenía diez años de haber salido.
Llegaron al salón de baile y pasaron una noche muy agradable. La chica bailaba como un ángel. Cuando tocaban polkitas parecían remolinas los dos en la pista. A María se le pintaba una alegría intensa en la cara, con cada vuelta, con cada taconazo.
Después de medianoche, se pararon los músicos y hubo que pensar en regresar a casa. María suspiró como si hubiera querido que los músicos tocaran para siempre. Ya la noche estaba muy fresca y Manuel se quitó el saco para ponérselo a María.
María pidió que la dejara al mismo lugar donde Manuel la había levantado. Como no se veían ni luces, él ofreció acompañarla hasta la casa. Ella no quiso que se molestara, diciendo que era muy cerca y que no tenía miedo. Manuel insistió en que se quedara con el saco, prometiendo volver el día siguiente para levantarlo.
Manuel tenía ganas de volver a ver a su nueva amiga. Con la luz del día vio una casita blanca como a cuarto milla del camino real. Siguió el caminito de tierra y se paró en frente del portal. Una señora salió y Manuel le preguntó si podía hablar con María. La señora se puso pálida y empezó a llorar...
Preguntas de la lectura:
(1) - nextLa tarea (2) - last