La leyenda de La llorona
La versión costariccense

Cuentan las malas lenguas que cerca del río Reventazón vivía una bella mujer llamada María quien estaba enamorada de un joven del valle.  Ambos quisieron casarse pero no encontraron un sacerdote que los casara.  El muchacho tuvo que ir  una expedición que iba a durar mucho tiempo, pero antes de irse la pareja se despidió con la esperanza de casarse pronto. 

Un día, apareció por un lugar un hombre llamado Ximeno, quien tenía como 24 años y era muy apuesto.  El vino a Costa Rica un tiempo antes desde Panamá, cada dia buscaba oro y cazaba animales cerca del río, por eso conoció a María y de inmediato se enamoró de ella.  Ximeno a menudo la visitaba y trataba de conquistarla.

Una noche, mientras Ximeno cazaba, empezó una fuerte tormenta que no le permitió regresar a su casa.  El pidió posada en la casa de María y desafortunadamente trató de seducirla de muchas maneras.  María se resistía pero finalmente se cansó y se desmayó.

Un año después, María dio la luz a un niño, ella estaba muy preocupada por lo que su antiguo novio iba a pensar de ella y no sabía que hacer con el niño.  María se acercó al río, se detuvo en la orilla y recordó todas las promesas que su novio le había hecho antes de irse, entonces tomó aliento, besó al niño y lo tiró al río.  Inmediatamente una voz del cielo la acusó y la maldijo para siempre. 

Muchos campesinos dicen que la han visto llorando por todos los ríos buscando al niño que había matado y diciendo constantemente: “El va a venir y ya no soy la misma.”  Además, los campesinos afirman que todos los que estaban cerca de ella se murieron, pues ella los confunde con el hombre que causó su eterna desgracia. 




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